Archives

  • 2018-07
  • 2018-10
  • 2018-11
  • 2019-04
  • 2019-05
  • 2019-06
  • 2019-07
  • 2019-08
  • 2019-09
  • 2019-10
  • 2019-11
  • 2019-12
  • 2020-01
  • 2020-02
  • 2020-03
  • 2020-04
  • 2020-05
  • 2020-06
  • 2020-07
  • 2020-08
  • 2020-09
  • 2020-10
  • 2020-11
  • 2020-12
  • 2021-01
  • 2021-02
  • 2021-03
  • 2021-04
  • 2021-05
  • 2021-06
  • 2021-07
  • 2021-08
  • 2021-09
  • 2021-10
  • 2021-11
  • 2021-12
  • 2022-01
  • 2022-02
  • 2022-03
  • 2022-04
  • 2022-05
  • 2022-06
  • 2022-07
  • 2022-08
  • 2022-09
  • 2022-10
  • 2022-11
  • 2022-12
  • 2023-01
  • 2023-02
  • 2023-03
  • 2023-04
  • 2023-05
  • 2023-06
  • 2023-08
  • 2023-09
  • 2023-10
  • 2023-11
  • 2023-12
  • 2024-01
  • 2024-02
  • 2024-03
  • 2024-04
  • br La subjetivaci n pol tica

    2019-05-18


    La subjetivación política de la Coordinadora es quizá una de las más sofisticadas interpretaciones dentro del movimiento mapuche (sin contar Cyanine5.5 alkyne su sector intelectual), sobre su propia condición de dominados. Nos ha interesado narrar en la primera sección de este texto las condiciones centenarias de dominación tanto del capital como del Estado, para comprender la ideologización que elaboran la Coordinadora y sus militantes como parte de su acción política y el movimiento que encabezan, que —aunque debilitado— hoy sigue teniendo reverberaciones y ecos dentro del movimiento mapuche en su conjunto. El primer elemento interpretativo es su condición subalterna, de pueblo sojuzgado, dominado. Héctor Llaitul, uno de sus principales líderes, encarcelado desde 2009, analiza al respecto: En sus numerosos documentos y manifiestos, la Coordinadora reitera este carácter de pueblo oprimido y de territorio ocupado. El despojo sufrido por los mapuches es recordado y funge, también, como ordenador de la legitimidad/ilegitimidad de las relaciones de propiedad de la tierra, de los cuestionamientos al Estado y al funcionamiento de las corporaciones forestales. Sin embargo, su carácter antagónico con el Estado y el capital derivado de una fuerte ideologización en torno de la ilegitimidad del Estado nacional chileno así como de la reproducción depredadora territorial de las inversiones del mercado es un punto decisivo para su estrategia de acción y su visión emancipadora. En el caso del Estado, Pedro Cayuqueo. en su momento dirigente de la Coordinadora, despliega su explicación: La perspectiva de desvinculación del territorio es significada como gran catástrofe en sentido cultural y, también, como constitución de relación opresiva. Y es que la memoria de la ocupación en el siglo xix sigue presente en franjas importantes del pueblo mapuche, como se ha señalado en varias investigaciones y como lo señalan jóvenes mapuches, integrantes de la Coordinadora (weychafes), quienes han participado en las acciones de autodefensa comunitaria contra forestales y explican claramente este tema: Si el Estado chileno así como la ocupación de su territorio en el pensamiento de los integrantes de la Coordinadora implican relaciones de negación, dominación y opresión, la conceptualizatión que se hace del mercado es igual de antagónica. En sus documentos, la cam denuncia y explica: “Las inversiones forestales, energéticas, turísticas no tendrán contemplación de nuestras formas de vida. […] Dichos procesos aumentarán toda vez que la globalización de la economía obliga a las clases dominantes a refundarse. El exterminio de nuestro Pueblo es un hecho si no luchamos”. Con esta ideologización podemos analizar cómo se interpreta el proceso de acumulación e inversiones descrito con anterioridad y puede explicarse entonces la radicalidad de la acción colectiva basada en las acciones incendiarias contra la industria forestal. Por otro lado, el proceso que se denominó como “colonial”, y el balance del peligro de desarticulación y desaparición étnica, se refirió a la necesidad de reconstrucción nacionalitaria basada en la recuperación territorial que es su objetivo y demanda, Héctor Llaitul puntualiza sobre dicho proceso: “Nuestra propuesta es un proceso de liberación del hombre, de restitución de la justicia para un pueblo pero con base en su propia concepción de hombre. Nosotros somos mapuche y nos queremos liberar como mapuche y eso significa rescatar restituir y recomponer lo propio”. Si, como hemos visto hasta ahora, frente al proceso de opresión y desarticulación étnica Cyanine5.5 alkyne la Coordinadora opone una línea de resistencia, por el otro lado plantea un interesante movimiento de reconstitución como pueblo que es la contracara de la resistencia. No basta resistir según su opinión sino buscar su “liberación”. Para ello, se plantea un proceso de reconstitución nacionalitaria: A pesar de que en el discurso de la Coordinadora existen algunos elementos etnocéntricos o de ciertos esencialismos etnicistas, de ninguna manera se le puede caracterizar como de fundamentalismo étnico ya que la cam orienta su discurso más que a la negación de “el otro chileno”, o “el otro blanco”, a la negación e insubordinación de las relaciones de opresión y dominación del Estado y del capital. No hay entonces una “fetichización” sobre la población chilena como enemiga, sino un discurso antagónico con las relaciones estatales y de mercado. Así, el discurso etnicista puede explicarse más como un mecanismo defensivo por la amenaza sobre su existencia y continuidad étnica que como un proceso discursivo de odio racial.